Mi vaso de té y un desierto.


Frente a un vaso con un que no podre terminar, recuerdo que hoy te olvide, sin días llenos de gloria, fingiendo como siempre, pero con ganas de hacerlo, los insomnios son propios para los olvidos fingidos, soy hoy en día esa pequeña luz que bloquea tu camino, tu eres esa idea dispersa en mi mente que me obliga a dejar de ser yo misma.


Ese vaso conque parece no terminar sigue ahí junto a una quesadilla que no quiero comer, crayolas y hojas blancas para usar, un cámara sin pilas, una larga conversión sin decir, una tarde nublada frente a las montañas de un desierto citadino, drogas cargadas de alucinaciones, la discografía completa de Pink Floyd, vino tinto y dos compas de cristal, todo para compartir todo para olvidar.


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